Autorretrato realizado por Gerardo Rodríguez |
Paciente
He
quedado solo
soy
el último paciente
las
bancas frías de plástico me generan temor
resopla
el viento
y
hace la sala de espera
un
escenario de película de terror
espero
mi turno
sigo
esperando
mis
oídos cada vez escuchan menos
ya
no oigo el aire
pero
aun me congela
si
el médico está solo
¿Por
qué no me llama?
¿Sabrá
que espero?
Me
entra un escalofrío
parecido
al día en que la conocí
pero
en esa ocasión fue agradable
este,
turba mis huesos
¿Tendré
fiebre?
No
me siento caliente
ni
veo esos muros que se alargaban
hasta
perderse en un punto…
al
hacerlo se formaban arcos
pues
el techo se hacía angosto
y
el piso temblaba
así
era mi fiebre de niño
atemorizante
y
yo solo lloraba
mientras
mi madre humedecía trapos
rezaba
a la virgen
y
los ponía en mi frente.
¡No!
No tengo fiebre
pues
el frío cada vez
es
más fuerte
mi
sangre circula más lenta
podría
decir
que
se coagula mi sangre
y
el corazón no bombea
sigue
mi estómago
se
revuelve
siento
cucarachas recorriendo
los
intestinos
el
grueso, el delgado
y
otro más, si lo tuviéramos
ahora
mi vista me falla
¿Será
la mala luz de la clínica?
Es
de noche
y
parece que todo está abandonado
continúa
la historia de terror
noto
en la penumbra
una
silueta de mujer
trapea
como un robot
un
zombi, un ente sin vida
y
así sin vida me encuentro yo.
Espero,
espero
sigo
esperando
con
razón se le llama paciente
y
paciente espero
el
aire cambia de olor
será
la jerga con desinfectante
aunque
más bien huele agrio
como
el sabor de mis labios
¿Cuando
saldrá el médico?
Le
preguntaré a la señora del aseo
pero
me da miedo
como
aquel que sentía de niño
cuando
el más abusivo se acercaba
ya
no aguanto más
tocaré
la puerta
al
ritmo del reloj de la entrada
que
me fastidia
que
me atormenta su tic tac, tic tac
no
puedo levantarme
las
piernas no responden
ni
los brazos
ni
el cuerpo
pero
por fin
el
doctor abre la puerta
me
ve
se
dirige hacia mi
entrecruzamos
miradas
ambas
fijas
toma
mi pulso
y
dice
no
hay nada que hacer…
Lo vacío.
Callando
o en silencio
noche
o madrugada
envuelto
en sábanas
o
expuesto al sereno
Tú,
la nada
recuerdos, vacío
Explora
mi mano el cuerpo ausente
¡no
más, lecho mentiroso!
ella
está conmigo
tu
no sientes su presencia
pero
mi alma la rodea
Tú; dueña de la nada
tu esencia llena lo vacío.
Tú silueta en lo obscuro
Tú
silueta en lo obscuro
se
revela como un trazo fino en la composición de la noche
redibuja
mi vista, ensancho la pupila
para
distinguir más de tu silueta en lo obscuro
Tu
silueta en lo obscuro evoca los sueños eróticos de mi juventud
incauto,
nervioso
siempre
en la espera del llamado de tu silueta en lo obscuro
Tu
silueta en lo obscuro matiza las palabras
cada
consonante, cada vocal se esfuerzan para precisar
lo
indescriptible que es
tu
silueta en lo obscuro
La
dulce forma que revela tu silueta en lo obscuro
cautiva
estas palabras, las encierra, las enciende
no
existe frase que me invite tanto al deseo
como
"tu silueta en lo obscuro"
Caleidoscopio
Caleidoscopio
de formas
siluetas
que danzan
giran,
provocan
provocan,
giran
Tus
formas vislumbran
suaves
destellos
provocativos
deseos
sigilosos
deseos
Cuerpos
delicados
violentos
cuerpos
se
integran
se
consumen vívidamente
se
arrebatan
Caleidoscopio
de cuerpos
estallan,
golpean
golpean,
estallan
estallan
estallan
estallan
…
Hasta
el último gemido.
La casa
La
silla mal puesta
la
mesa sin vajilla
la
servilleta usada
la
taza vacía de café…
La
especia que sazona
la
hornilla caliente
la
leche derramada
la
pasión de degustar...
La
gota de la regadera
la
toalla en el piso
la
loción abierta
la
espuma en el jabón…
La
puerta entreabierta
la
cama sin tender
la
mujer que la ocupa
la
casa entera: tú.