Sebastián Delgado |
Pata
de perro
Mi madre ayer me dijo que me compraría una
casa
con tal de que me fuera a chingar a otro lado
Yo mismo sé que fui un no deseado
como aquel perro que llegó de cachorro
pero al igual que el perro
yo de pequeño causaba ternura
y mi madre no tuvo corazón para regalarme,
mi familia me compara mucho con Rabito
(mi cuadrúpedo hermano)
ese wey nada más llega a la casa
para comer o dormirse
mi madre, mi padre, mi hermana
los tres más de una vez cuando se enojan
conmigo
se equivocan y me gritan
¡Rabito!
¿Qué te dije?
¡Rabito!
¿Por qué hiciste eso?
ni si quiera se disculpan
solo ríen, se excusan
“es que son igual de callejeros”
me dicen que soy bien pata de perro
de tanto que me lo han dicho
lo creo
soy un perro mestizo
de familia mestiza
a mí la sangre no me emparenta
con los sangrones humanos.
Abigail
Hoy para mí la violencia a la mujer tiene tu
nombre
la agresión mancha el título de ser mamá
cuando fuiste obligada a quitarte el DIU
porque tu macho drogadicto quería otro hijo
sin importarle tu opinión
Abigail Abigail
Abigail,
no eres feliz
tu sonrisa es acartonada
tu piel morena se ha tornado gris
como el papel periódico donde se me informa
de otra mujer violentada,
estas con ese “hombre” Abigail
solo para que a tu hijo y el que viene en
camino
no les falte lo que, a ti de niña,
el amor que le tienes a tus hijos
solo es equiparable con la tolerancia
que le tienes al pelafustán
que tu hijo mayor llama papá
Abigail
hablas con tanta nostalgia de cuando éramos
niños
de cuando bailabas
y no importaba lo que sucediera o no en tu
casa
que escurren tus ojos
y ahora solo esperas que tu hijo no aprenda
de su padre
el próximo golpe que has de recibir.
*
Mi padre llegó anoche cayéndose de borracho a
la casa
al día siguiente mi hermana me platicó
que papá lloró en el hombro de mamá
porque piensa que su único hijo es homosexual
que porque tengo una que otra prenda color
rosa
y mi hermana me dice puto
Cuando la molesto recordándole alguno de sus
exnovios,
en seguida de eso me sentí huérfano
se me quitaron las ganas de formar una
familia
dejar que se desaparezcan mis apellidos,
me quemó las cejas comprender
que el alcoholismo a temprana edad es normal,
que la baja autoestima y la depresión
son cosas de la adolescencia,
que la obesidad que llevo arrastrando desde la
niñez
y un intento de suicidio
se pueden pasar por alto
siempre y cuando no deje de ser macho.
*
Por la mañana salí a correr con mi perro
tanto a él como a mi
nos gusta el fresco de la madrugada
sentir la humedad que expulsan las plantas
chocando en nuestros cuerpos,
pero llegando a nuestra calle
hizo algo que me disgustó,
se acercó ladrando a las casas de nuestros
perrunos vecinos
como presumiéndoles que a él si lo sacan a
pasear,
yo tenía miedo de que se fueran a despertar
los dueños
Al llegar a casa lo regañé
y le di una nalgada fuerte a mano pelona,
pasando medio día me sentía mal por lo que
hice
me reprochaba
- ¿Por qué pinches le pegaste? ni que fueras
una bestia-
después pensé,
que sólo había actuado como mis padres
hubieran hecho
se me salió un – ¡no mames!
mírate en un espejo
como que a ellos no les funcionó lo que
hicieron-
Perdóname dios de los perros
mis padres me ponían a ver amores perros
antes que ponerme a leer un libro,
vi Hachiko a una edad tardía
y sólo se me ha enseñado
que los animales son solo eso
“animales”
no amigos ni hermanos
ni iguales
lo siento
Perro nuestro que estas en los cerros verdes
santificada sea tu amistad
venga a nosotros tu amor en forma de
lengüetazos
hágase tu voluntad en nuestras vidas
como en nuestros recuerdos
perdona nuestra apatía
cuando nos recibes en casa saltando y
contento
así como yo perdono a los que me ignoran
no me dejes caer en la total soledad
y líbrame del pensamiento
de levantarte la mano una vez más
amén.
*
La pandemia me mantiene estresado
más cuando voy caminando al trabajo
cruzo por un terreno baldío donde hay un
animal muerto
puedes oler la putrefacción desde cinco
metros atrás,
perturbadora pero bella imagen
un terreno grande con tierra amarilla, casi
dorada
y uno que otro racimo de pasto seco
que adornan como pecas la piel del terreno
por ultimo esta un bulto negro en una de sus
esquinas
considerablemente grande, hediondo
hedor intensificado por el abrazador sol
que le pega durante todo el día
Paso por la mañana y la tarde
veo pasar a más personas por ahí,
no le toman importancia
no hacen gestos de incomodidad o disgusto
navegan por el concreto de la banqueta
como si ya se supieran muertos
para mí es un recordatorio
la muerte no distingue entre clases sociales,
razas, géneros o especies
más de una vez cuando paso por ahí
puedo imaginarme viéndome en un espejo
pálido, sin brillo en los ojos
y con larvas de mosca saliendo de mi boca
puedo saborear pus en mi paladar
y así toda la semana
llego a mi casa y tomo las medidas
recomendadas
me lavo las manos y las desinfecto
me encierro todo el jodido tiempo que puedo
abres las noticias 29/03/20
primer muerto por covid-19 en Querétaro
y yo sigo encerrado esperando
a que me mate de una vez el pinche trabajo.
Carlos Pacheco.
Tranquilo, ameno, a veces bobo Charly. Es
una persona que le gusta observar y escuchar su alrededor para aprender formas
nuevas de disfrutar su existencia, músico porque así lo quiere y poeta porque
su libreta lo ha llevado a ello.