Paloma Linik |
*
Cuando era un niño dibujé un océano de
carboncillo y me sumergí en él. La luz no alcanzaba para ver el rostro de
los otros niños, esos que me rechazaban porque no entendían que no deseaba
jugar más. No sabían que mi madre me esperaba en casa para llorar los amoríos
de mi padre, porque un niño entiende que mamá y papá no se aman y que su padre
sacia su sed en un océano de rímel y besos baratos.
El mío era de carboncillo, y a veces
salía a la superficie para manchar con sus aguas el diván de algún extraño. Él
preguntaba qué había en el fondo, y le contaba de los corales y de la fosa en
la que podía ocultarme. Ahí no veía a mis padres, y ellos tampoco a mí; de
haberlo hecho se habrían lanzado a mi encuentro y llevado en una balsa que
pudiese llamar hogar (o al menos eso creía). Pero nadie ha venido a buscarme, y
por eso sigo sumergido en mi océano de carboncillo.
*
Give me a long
kiss goodnight and everything will be alright
tell me that I won’t feel a thing
so give me novacaine
Green Day
tell me that I won’t feel a thing
so give me novacaine
Green Day
I
Billie Joe, dice que tomando novocaína
todo será mejor; que el dinero no será un problema y en casa no me esperará una
cama vacía para hacer el amor a solas. Una casa donde mis roomies creen
que las buenas notas bastan para ser feliz, que dicen que me envidian, sin
saber que mi mente se desmorona sin escitalopram. No entienden lo que es un
trastorno, que es demasiado cuando piden que esté bien, y que por eso me siento
solo.
II
Las cajas de ansiolíticos se apilan en
los escaparates de la farmacia; allí no las alcanza la demencia de un
pobre diablo que apenas si tiene para pagar la renta. Llevan una etiqueta:
“ESTAR CUERDO ES COSTOSO”. Seguramente he de elegir llenar la despensa o
hacerme de algunas pastillas y morir felizmente de inanición.
III
Llego al final del mundo en un lote de
estacionamiento. A falta de novocaína, me dopo con clonazepam hasta casi perder
la conciencia. Arrullado por Billie Joe, me recuesto sobre la banqueta y cierro
los ojos. Las luces del super se difuminan al pasar de los extraños. Me
acurruco olvidándome de las horas e invocando al Jesús de los suburbios
en una calle donde las sombras habitan. No quiero volver a casa. Allí me espera
la cama, una despensa vacía y mis roomies que me hacen sentir solo.
*
Esa noche intenté matarme porque estoy
hasta la madre de que opinen de mi vida; de escuchar que ayudarla en la escuela
me hace un idiota y que sólo me trae como su pendejo. No les daría el
privilegio de seguir hablando; no de mí, y ciertamente no de ella.
Me bastaron un par de tequilas y unos
cuantos Marlboro para agarrar valor. Até una extensión a la puerta y el otro
extremo a mi cuello y, una vez cerrado el nudo, conté los segundos para
desfallecer.
Algunos dicen que diez, otros que cinco
bastan.
Yo conté hasta veintitrés.
Cuando por fin perdía la conciencia, las
náuseas arruinaron el momento. Vomité el coctel de tequila y el vino que me
envalentonó. Apenas deshice el nudo, quedé asqueado de mí mismo, tirado en un
charco de saliva y vómito donde sentí que merecía estar.
Al llegar los paramédicos dijeron que
estaba ebrio, se burlaron de mi intento y me dejaron cubierto en vómito seco.
Mis amigos lloraron como si hubiera
muerto (que ironía), y mis padres me llevaron de regreso a Tepic pensando que
allí todo iba a mejorar.
Las cosas apenas si cambiarán. Los demás
seguirán hablando, y ahora yo seré el imbécil que no pudo morir por ella y que,
además, arruinó la fiesta. Por eso maldigo al vómito por asquearme esa vez de
la muerte y me maldigo a mí mismo por saber que lo intentaré de nuevo.
Navarro (Anubis Alberto Navarro Rosas,
Tepic, Nayarit, 1992). Poeta. Retrata la cotidianidad y sobre la vida como becario, y sobre cómo es
ser foráneo en una ciudad que no termina de pertenecerle. Todo desde la
perspectiva de su trastorno: bipolaridad.
Así mismo, Navarro, hace de la poesía un canal de desfogue para sus
depresiones y nostalgias. Actualmente vive con sus roomies en la ciudad de Querétaro. Estudia la maestría de vías
terrestres y movilidad en la UAQ. Asiste a talleres de creación literaria y
lecturas en la ciudad. Le gusta plantar semillas e irá a un retiro budista una
vez que termine sus estudios.